Norte en Línea - Seguridad del paciente, una demanda social y un compromiso médico

Seguridad del paciente, una demanda social y un compromiso médico

Seguridad del paciente, una demanda social y un compromiso médico
17 Sep
2019

La Federación Médica de la Provincia de Buenos Aires (FEMEBA) se encuentra trabajando de forma activa en reforzar las medidas y conceptos de la seguridad del paciente para contribuir a una mejor relación médico – paciente, resguardando los principios básicos de la atención sanitaria básica.

La seguridad del paciente es un principio fundamental de la atención sanitaria. Cada paso del proceso de atención de salud revierte un cierto grado de peligrosidad que los médicos deben contemplar.


Los eventos adversos pueden estar relacionados con la práctica clínica (recursos, procedimientos) o del sistema. La mejora de la seguridad del paciente requiere por parte de todo el sistema un esfuerzo complejo que abarca una amplia gama de acciones dirigidas hacia la mejora del desempeño; la gestión de la seguridad y los riesgos ambientales, incluido el control de las infecciones; el uso seguro de los medicamentos, y la seguridad de los equipos, de la práctica clínica y finalmente del entorno en el que se presta la atención sanitaria.


En la provincia de Buenos Aires, FEMEBA se encuentra trabajando en lo que respecta a la seguridad del paciente, desarrollando herramientas integrales de educación y protocolo sanitarios que tienen que ver con los siguientes puntos:

1. Identificar correctamente a los pacientes;
2. mejorar la comunicación efectiva;
3. mejorar la seguridad de los medicamentos de alto riesgo;
4. cirugías seguras a través de la verificación;
5. reducir el riesgo de las infecciones asociadas a la atención médica y
6. reducir el riesgo de daño del paciente por causa de las caídas.


En línea con los últimos acontecimientos que tuvieron lugar en los medios, se hizo fundamental compartir con la comunidad los principios, procedimientos y acciones que hacen a la atención del paciente, durante todo el proceso médico. Es importante transmitir todos los pasos que hacen a la seguridad del paciente en el momento de un procedimiento sanitario.


Los procedimientos en sitios incorrectos (órgano equivocado, lugar equivocado, implante equivocado, persona equivocada; como lo sucedido con la paciente diabética en una clínica privada de Berazategui), considerados incidencias evitables, son en gran parte resultado de una mala comunicación, de información no disponible o incorrecta. Uno de los principales factores que contribuyen al error es la falta de un procedimiento estandarizado de verificación preoperatorio. Para eso, se está trabajando en un "Protocolo Universal" para la prevención de cirugía en sitios incorrectos.


La comunicación entre el equipo (enfermeros, instrumentadores, cirujanos) es parte vital del proceso. Se apunta, a través de herramientas educativas, a fomentar la buena comunicación (clara, concisa y precisa) entre todos los participantes de una cirugía, incluyendo, muchas veces al paciente – poniéndolo al tanto del proceso a realizar, consecuencias, alertas, chequeando información sobre su historia médica, etc-.


El consumo no prudente de antibióticos ha derivado en uno de los mayores problemas de salud a nivel mundial, la resistencia antibiótica. Además es importante trabajar en la seguridad de los medicamentos de alto riesgo. Esto se refiere a que en general los envases de los medicamentos son todos muy similares pero dentro tienen drogas de muy diferente efecto por lo tanto esta similitud en el envase de medicamentos inducen al error A nivel internacional se habla de LASA (look alike sound alike: se ven igual, suenan iguales) que hace referencia a medicaciones visualmente similares pero de efecto clínico diferente. Por eso es importante apuntar a una prescripción de medicamentos segura, a consciencia y evitar por cualquier medio la automedicación.


Sobre las cirugías, hay algunos datos importantes a tener en cuenta: un 25% de los pacientes quirúrgicos hospitalizados sufren complicaciones postoperatorias y en algunas situaciones el daño ocasionado por la cirugía se considera evitable al menos en la mitad de los casos. Los principios reconocidos de seguridad de la cirugía se aplican de forma irregular, incluso en los entornos más avanzados. El problema de la seguridad de la cirugía está ampliamente reconocido en todo el mundo. Estudios realizados en países desarrollados confirman la magnitud y omnipresencia del problema. El mal estado de las infraestructuras y del equipo, la irregularidad del suministro y de la calidad de los medicamentos, las deficiencias en la gestión organizativa y en la lucha contra las infecciones, la deficiente capacidad y formación del personal y la grave escasez de recursos financieros son factores que contribuyen a aumentar las dificultades. Esto no solo sucede en nuestro país.


Otro factor importante es la prevención de las infecciones de la herida quirúrgica (causas más frecuentes de complicaciones quirúrgicas graves que además no está vinculado a la falta de recursos sino a una mala sistematización). Muchos pacientes ingresan a los hospitales con diversas sintomatologías, pero luego desarrollan enfermedades o contraen infecciones intrahospitalarias que recrudecen el diagnóstico del paciente. Los protocolos y soluciones que se tratan de implementar apuntan a que el paciente esté la menor cantidad de tiempo posible en ese entorno y que se lo proteja de dichas infecciones.


Las caídas también están contempladas en lo que respecta a la seguridad del paciente, puesto que ellas generan grandes contratiempos y pueden exacerbar o perjudicar el tratamiento. Comer alimentos ricos en calcio, mantenerse activo y realizar algún tipo de actividad física son algunas acciones preventivas que el paciente puede realizar, pero hay una situación que no se contempla (por desconocimiento) y es la multimedicación o automedicación. Y es que muchos medicamentos, en combinación con otros, pueden generar bajas de tensión y caídas. Por eso, en pacientes que están en recuperación por algún tipo de afección o dolencia hay que prestarle vital atención porque los medicamentos que pueda recibir para tratar algo, puede generar caídas y afectar su recuperación. Los fármacos que se asocian a un mayor riesgo de provocar caídas son los psicofármacos. Dado que estos fármacos son ampliamente prescritos, esto puede tener un impacto importante en la salud pública. Por tanto, cuando hay que tratar un paciente de edad avanzada con alguno de estos fármacos, hay que tener presente este riesgo y recomendar medidas preventivas adecuadas. Identificar e intervenir sobre los diversos factores de riesgo contribuye a reducir las caídas y fracturas, sobre todo en los grupos de mayor fragilidad.


Todos estos puntos, ayudan a que los médicos puedan tratar mejor a los pacientes, ofreciéndoles intervenciones con el menor riesgo y con una posibilidad de externación lo más normal y estable posible. La medicina también tiene una capacidad preventiva importante en la cual puede trabajar, apoyada en la seguridad y calidad de atención sanitaria que el paciente merece.

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