Hay emociones que se cuelan sin querer en el momento más inesperado, ese instante en que sentimos el perfume de lo que, inequívocamente, nos hacía sentir felices en la infancia o en aquel momento puntual en que la vida nos dio alguna sorpresa. Emociones que van de la mano de las estaciones, las frutas, las flores, los brotes, las especias.