Un oficialismo visiblemente deteriorado pero convencido que sus decisiones políticas son el camino a seguir y una oposición llamando a sellar la unidad, por ahora retórica, para cambiar el modelo, son las opciones que aparecen en un abanico no muy amplio de cartas para elegir.
La grave situación económico-social que erosiona a una mayoría, y afecta sensiblemente el acceso a la alimentación, es el tema central a combatir. En este contexto el precandidato presidencial Alberto Fernández quien surgió inesperadamente por detrás de los favoritos, elogió a un hombre que tendrá en un eventual gabinete, ocupado en resolver el hambre, la pobreza y la desocupación, Daniel Arroyo, “Yo estoy muy preocupado, hay más gente en comedores comunitarios, hay más chicos que se quedan a comer en la escuela, y hay un problema serio con el endeudamiento de las familias, la gente se endeuda porque no tiene plata. Esto es pobreza con hambre y pobreza con endeudamiento familiar. Lo que tenemos que lograr es que la caída social tenga un piso. Tenemos que controlar la canasta básica de alimentos. Hay que quitar el IVA a los alimentos. Crear un sistema para que comer sea barato. Hay que meterse en la intermediación, no puede ser que un productor lechero cobre $7,50 por un litro que sale $50 en la góndola. Nadie puede ganar más que el 30%.”
En diálogo con el periodista Sergio De Caro para el programa Las Dos Caras, el legislador que advirtió que “Es necesario un acuerdo social con todos los sectores, empresarios, trabajadores, pero se debe establecer que es distinta la canasta básica de alimentos del resto del mercado. Una cosa es producir sillas y competir con el mercado, y otra cosa comer o no comer. Porque el pibe que come mal, aprende mal y lo seguimos condenando a la pobreza. Tenemos que crear créditos no bancarios para desendeudar a las familias, como existen en América Latina, a tasa muy baja. Cuidamos la industria textil, donde trabajan mujeres y jóvenes, y ahí hay 24 % de desocupación. Además, movemos la obra pública en términos de mano de obra intensiva, o sea pico y pala para un millón y medio de jóvenes que no estudian ni trabajan. Si hacemos eso, claramente la caída social va a tener un piso y a partir de ahí reconstruir y hacer un gran cambio”.
Daniel Arroyo quien abandono las bancas del massismo y se acercó a Felipe Solá, cree que la fórmula Alberto Fernández- Cristina Fernández es bien aperturista, y puede lograr la gran unidad de la oposición. “No un tema de ganar la elección sino de gobernar, porque va a ser complejo. Me gustaría que se incorporara Sergio Massa. Es tiempo de humildad y me incluyo, es tiempo de reconstruir la Argentina”, concluyó.