Necesito tu voz para coser
la rosa con la estrella,
tu palabra que tiene agua de vida,
la bendita lujuria con que bañas
mis labios en tus besos.
Necesito estar presa entre tus brazos,
que me atrapes de nuevo al aire libre,
y que entre los nenúfares me roces
con la magia celeste de tus ansias.
Necesito que vengas con guitarras de fuego,
que me tomes sin prisa y que nunca me sueltes,
que me alejes del viento y de las olas,
ya no quiero leer en tu retina
la furia de los celos que asesinan
las mejores cosechas.
Yo soy la mariposa que busca entre tus flores
el néctar de la vida,
soy el río risueño que va por los caminos
en busca de tu mar;
soy la brisa que siembra suspiros en la niebla
soy mujer y soy ángel, no claudico:
¡Sé que puedo esperarte
un verano completo o una eternidad!
Irma Inés Gaibor García