En su homilía el Obispo de la Diócesis de San Isidro expresó: “Pidámosle al Señor tener esa sensibilidad cristiana para escuchar el grito del pobre, primero el grito de nuestro corazón pobre y el grito del hermano pobre”.
Finalizada la homilía se realizó el lavatorio de pies.
El encuentro respondió al llamado del Papa Francisco, quien por segundo año consecutivo, nos convoca al encuentro con quienes viven en la pobreza, como así también a reflexionar sobre cómo se puede ayudar a los más necesitados. En esta ocasión el Papa invitó a reflexionar sobre el versículo bíblico “Este pobre gritó y el Señor lo escuchó”.
El grupo de voluntarios de Cáritas de esa Parroquia, tuvo a su cargo el servicio de la cena ofrecida en el salón parroquial, en el que funciona diariamente un desayunador al que concurren especialmente personas sin techo, y a los que además se les brinda contención; comida; ropa limpia; duchas y se los asiste en problemas de salud y trámites de documentación.
La misa fue concelebrada por el Párroco de esa Parroquia, el pbro. Jorge Luis Lagazio.