“El cerdo criollo costero (CCC), forma parte de la cultura popular de la provincia de Buenos Aires. Se utiliza para producir carne y chacinados desde el principio de la colonización española hasta la actualidad. A pesar de esto, nunca se lo ha valorado zootécnicamente y no ha sido tenido en cuenta como recurso genético en la producción porcina moderna”, destaca Bruno Carpinetti del Área de Gestión Ambiental y Ecología de la Universidad Nacional Arturo Jauretche, en el trabajo El Cerdo Criollo Costero: Valioso recurso zoogenético local de la provincia de Buenos Aires, Argentina, realizado junto a otros investigadores. De aquí que el INTA AMBA articula con la Facultad de Ciencias Agrarias (UNLZ), la Universidad Jauretche de Florencio Varela y agricultores familiares para trabajar en una genética que se adapte a la producción del Periurbano.

Gustavo Tito, director del INTA AMBA, indicó que “la idea es trabajar con los cerdos costeros criollos y avanzar hacia una tecnología en genética que permita que estos animales se adapten a la producción familiar de quienes tienen este tipo de emprendimientos en el área Periurbana”.

En esta línea, Carlos Rossi, decano de la Facultad de Ciencias Agrarias de Lomas de Zamora, donde se realizó la reunión ya que allí funciona una Oficina de Desarrollo Local del INTA AMBA, remarcó su apoyo a esta iniciativa desde la cual “articulan diversas instituciones estatales, lo cual constituye un desafío muy importante”.

Carpinetti amplía que “el mayor número de ejemplares se mantiene como cerdo cimarrón en una amplia zona costera de la Provincia. A partir de este proyecto se estudiarán las características productivas y su importancia económica y social. Se planteará la necesidad de constituir un centro genético porcino local, destinado a caracterizar productivamente este recurso genético local para lograr un aprovechamiento más racional”.

Esta propuesta, para Rubén Martínez, ingeniero zootecnista de la UNLZ, es clave ya que “busca adaptar una genética del cerdo criollo costero que sea apta para que el productor familiar pueda criarlo y comercializarlo como forma de ampliar el negocio porcino”.

Ariel Cogo, veterinario del INTA AMBA, remarcó la importancia de “avanzar en un cerdo con características netamente nacionales como una posibilidad muy importante de ser parte del agregado de valor del producto a comercializar”.

A su turno, el jefe de la agencia INTA Marcos Paz, Leonardo Motta, se mostró entusiasmado con este plan de trabajo que suma a universidades nacionales, al INTA AMBA y a productores familiares: “Será una forma de integración muy importante para el avance de la producción porcina del Periurbana”.

Los especialistas reunidos coinciden que la formación de un centro genético porcino local, orientado a caracterizar zootécnicamente a este tipo de cerdos, a valorizar sus productos y a producir reproductores evaluados genética y sanitariamente será de sumo atractivo al desarrollo económico y social de la producción Periurbana.

Por su parte, la Empresa metalúrgica Tesio será la que apoyará el proyecto con sus estructuras, tanto para la etapa cuarentenaria como la que se llevará a cabo en el INTA AMBA.

Resistente

“Los ejemplares se obtienen como producto de la caza de los cerdos cimarrones de la Bahía Samborombón, los que luego de un corto período de tiempo se adaptan a su nueva situación de semicautiverio. Principalmente las crías y algunas hembras se acostumbran rápidamente al contacto humano, mostrando mucha docilidad y mansedumbre que facilitan su manejo”, se lee en El Cerdo Criollo Costero: Valioso recurso zoogenético local de la provincia de Buenos Aires Argentina.

Este documento también agrega que las cerdas CCC generalmente paren entre cuatro y ocho lechones destetando generalmente el 100 por ciento de los mismos. Otra observación de interés es que tanto las cerdas como sus crías generalmente no se enferman y son muy tolerantes a distintas patologías.

Otra característica favorable que observan los productores es que este animal está habituado al consumo de pastos, raíces y alimentos groseros, acostumbrándose rápidamente al consumo de distintos tipos de residuos o subproductos en general.

Por otra parte también se observa que el volumen de alimento consumido por el CCC es muy inferior al de las razas mejoradas, siendo ésta una condición fundamental para la subsistencia de los sistemas de producción familiares con mínima inversión.

Carpinetti suma que el producto final utilizado es el consumo del lechón, tanto en pureza como el producto de la cruza de la madre CCC con un padrillo. Así como los relacionados con la fabricación de distintos tipos de chacinados (jamones, chorizos, entre otros), que se caracterizan por su sabor particular y su bajo contenido graso, estos se hacen a partir de cerdos de 80 - 100 kilogramos de peso vivo, luego de concluir su etapa de engorde.

La carne del animal silvestre se muestra firme y con grasa superficial, además puede presentarse como baja en colesterol.  

Por: Federico Gaston GUERRA