Los materiales de este animal fueron encontrados por una expedición conformada por personal del Museo Paleontológico de San Pedro “Fray Manuel de Torres”, que incluyó a José Luis Aguilar, Julio Simonini, Javier Saucedo, Matías Swistun, Bruno Zarlenga y Bruno Rolfo. En una pequeña lomada, en el Establecimiento la Paloma, ubicado en la costa del Río Paraná en las cercanías de San Pedro, Bruno Rolfo llegó a avistar los restos del antebrazo, en rocas cuya antigüedad ronda los 30.000 años antes del presente.