El cambio climático está acá y las problemáticas naturales vinculadas a la situación de emergencia de nuestro planeta van en aumento. Incendios forestales, sequías, reducción de espacios verdes, microplásticos en los mares son algunos de los problemas que dan cuenta de la realidad ambiental en nuestro país y en el mundo.

El efecto de nuestro ritmo de vida desgasta el planeta y los recursos en él. No obstante, no todo está perdido ya se está tendiendo a un desarrollo sustentable que nace y se expresa en cada rincón y parte de la sociedad. Particularmente hay una tendencia que está pisando cada vez más fuerte: agrupaciones de jóvenes que quieren luchar por la preservación del planeta. Después de todo, estamos hablando de su futuro. La energía de los jóvenes y su optimismo es contagiosa y cada vez este movimiento está más presente alrededor de todo el planeta.

Siguiendo esta filosofía, en nuestro país Tomas Otaola y Martín Orlando fundaron Terba Energy (www.terbaenergy.com), una empresa que brinda soluciones integrales de energía solar al sector agropecuario, industrial y también a viviendas residenciales. Además, cuentan con una iniciativa a través de la cual han trabajado con institutos educativos para comenzar a adoptar sistemas de energía solar en sus instalaciones.

La generación de los centennials reivindica como propias las luchas vinculadas al cuidado del medio ambiente, la preservación de los recursos y el cuidado de la vida en el planeta. Son inquietos y motivados, no dudan en salir a las calles para exigir cambios en la forma en la que vivimos y alzar su voz. Lentamente la sociedad comenzó a escuchar sus reclamos e incluso muchos sectores estuvieron dispuestos a mudar algunos hábitos que estaban muy arraigados en nuestra cotidianidad por prácticas más amigables con el medio ambiente.

En muchos municipios del país por ejemplo, se comenzó a promover la separación de residuos en los hogares, iniciaron planes de restauración de espacios verdes e instalación de garitas sustentables. En esa misma línea trabaja Terba Energy con intervenciones innovadoras en las escuelas con las que colabora en la implementación de la Ecoeducación.

Entre algunos de sus proyectos podemos destacar el que hicieron junto al Instituto Tucumán de Banfield donde se instaló un sistema híbrido que sirve durante todo el año para cubrir un porcentaje grande de sus consumos eléctricos y también el del Colegio San Patricio Mercedes en el cual se instaló un estacionamiento solar con sistema Off Grid. Este último es un sistema autónomo para proveer el 100% de la energía del campo de deportes y el quincho del lugar.

Al referirse a este proyecto innovador de Terba Energy en las escuelas, Otaola señala que la finalidad que tiene es que los chicos convivan en su día a día con las energías renovables y que las mismas sean parte de su realidad. Considera que el mundo está tomando una dirección sustentable y en el proceso formativo de los niños es importante formarlos en esa dirección.

Para tener una primera instancia impactante, desde Terba Energy junto con el cuerpo docente profesional, generan un plan pedagógico que se basa en jornadas de participación para estudiantes de distintas edades a través de las cuales se busca problematizar y contextualizar el consumo, promover hábitos de reducción del mismo, y ver las cuestiones socio económicas vinculadas con las energías renovables.

Desde el programa se busca promover en los alumnos las habilidades como el pensamiento crítico y la creatividad, que les permitan ser parte de la construcción de un país más justo y sostenible, de un planeta mejor. De esta forma, los jóvenes se sienten involucrados en el cambio y ven en sus escuelas un aliado que los escucha y una muestra clara y concreta de transformación al interior de la institución en pos de cuidar el futuro del planeta.

En este escenario de cambios, no cabe duda entonces que la educación tiene un rol importante aquí, ya que su función principal es formar a las futuras generaciones quienes van a estar al frente de la sociedad algún día. Este tipo de vinculación directa entre empresas y escuelas generan instancias superadoras pensando en la conciencia sobre el cuidado del medio ambiente.

A pesar de que en la mayoría de los centros educativos han obviado esta responsabilidad medioambiental por años, poco a poco esta tendencia está cambiando con este tipo de experiencias. Los alumnos comenzaron a llevar sus inquietudes a las aulas y algunas instituciones comenzaron a tomar cartas en el asunto. Es imprescindible que esto continúe y que los colegios comiencen a asumir ese rol, creando una conciencia medioambiental a una edad temprana para que así los alumnos adopten mejores hábitos que trasladarán a su vida adulta.

Voceros y líderes mundiales advierten que aún estamos a tiempo para actuar y resaltan la necesidad de cambiar hábitos en la forma en la que vivimos antes de que sea demasiado tarde. El desafío actual del sistema educativo entonces, es lograr entregar una formación crítica, creativa y participativa, logrando hacer un buen uso de los recursos naturales y para ello las propias escuelas deben dar el ejemplo. Mediante iniciativas medioambientales innovadoras, como lo son las energías renovables, las escuelas pueden crear una cultura ambiental responsable y sentar un precedente.