Las organizaciones son sistemas complejos que deben ser adaptables, resistentes y resilientes, tener la suficiente robustez como para perdurar en el tiempo, pero con la flexibilidad para adaptarse ante situaciones inesperadas o difíciles de cambiar, a causa de variables que poco se pueden controlar.

Si al contexto post pandemia se suma la inflación, entonces, ¿cómo tomar buenas decisiones? Y aún más complejo ¿cómo tomar decisiones de compras cuando el presupuesto ya no alcanza?...

En contextos de inflación, los compradores deben ser cautelosos, precisos y creativos. Justamente, el 30 de septiembre se celebra el Día del Comprador en América Latina, destacando la importancia de las personas encargadas del abastecimiento en las empresas, elemento clave de un buen servicio al cliente en cualquier industria. El comprador es una figura clave en cualquier organización, y especialmente en el mercado de salud que atraviesa un escenario de escasez e incertidumbre.

HAY UN MÉTODO PARA SURFEAR EL CAOS
Para abordar y superar una dificultad, el comprador debe entender a qué tipo de problema se enfrenta. Para esto, se puede recurrir al Modelo Cynefin de Dave Snowden, que ayuda a comprender dónde estamos ubicados y aclarar las ideas para definir los caminos a seguir en un contexto nuevo.

Según Snowden, en general hay 4 escenarios definidos por el grado de dificultad a enfrentar y otro muy particular -“desorden”- que puede llegar a presentarse:
1. SIMPLE – Se puede anticipar el problema. Se trata de saberes conocidos.
2. COMPLICADO – Incógnitas conocidas. Veo el problema, pero no puedo resolverlo solo, se necesita un experto (abogado, médico, ingeniero, contador, etc.).
3. COMPLEJO – Incógnitas desconocidas. Estamos frente a algo nuevo que exige adaptación, intentar soluciones de prueba y error; demanda el máximo de nuestra creatividad, innovación y comunicación. Existen múltiples relaciones de causa-efecto que están concatenadas. Por ejemplo, la transformación digital de una organización, o una intervención quirúrgica que se complica.
4. CAÓTICO –Confusión y desconocimiento. Surge la dificultad y no hay tiempo para racionalizar, para pensar, hay que resolver rápidamente (lo que sucedió con el COVID en 2020, un tsunami, un ataque terrorista). Hay que ser muy ágil y perceptivo para detectar rápidamente qué funciona y qué no, de modo de resolver el problema de la mejor manera y en el menor tiempo. En la decisión que se tome habrá que aplicar tanto racionalidad como intuición y creatividad, reinventarse ante el desafío.
• DESORDEN – Cuando se percibe un desorden general, el método aconseja clasificar las dificultades según los anteriores cuadrantes, y así ir resolviendo los problemas uno por uno.

En Bionexo conocemos el desafío al que se enfrentan hoy los compradores, por eso detectamos cuáles son las habilidades indispensables que ayudan a surfear estos mares de incertidumbre:
• Capacidad de adaptación (poder ver la dificultad y entender qué tengo que cambiar de lo que venía haciendo hasta ahora).
• No paralizarse y elegir qué riesgos tomar (no se puede abarcar todo, pero podemos elegir qué batalla librar).
• Empoderarse ante la dificultad (entender qué recursos puedo utilizar para enfrentar la situación y continuar con el negocio).
• Pensamiento creativo, disruptivo (ante una nueva situación, permitirme pensar distinto, intentar nuevas soluciones para nuevos problemas).
• Trabajo en equipo (estar solo resta; estar unidos buscando un mismo objetivo, suma; el equipo suma alternativas, ideas, visiones diferentes que contribuyen a encontrar otro camino en medio del caos).

Y, en plena era digital, contar con los procesos digitalizados, disponibles en cualquier momento y lugar, es clave para acceder a la información necesaria para tomar mejores decisiones incluso en escenarios de inflación e incertidumbre.